Con abrazos y saludos comenzamos nuestro fin de semana, al reunirnos junto a hombres, mujeres, jóvenes y niños con quienes salimos todos juntos en una caravana de cinco buses hacia el campamento en La Vega, donde cada año se celebra el retiro de Iglesias con hermanos y hermanas de Puerto Plata, Sosua, y Santo Domingo.
Este año hubo una asistencia de más de 210 personas. Todos disfrutaron de cada sesión adorando a Dios, escuchando la enseñanza y compartiendo testimonios. Entre el grupo también había quienes no eran cristianos, algunos de ellos recibieron a Cristo durante el retiro.
Nuestra estadía en Dominicana estuvo muy ocupada ya que, además del retiro, teníamos muchas reuniones con el grupo de siete personas, que viajamos juntos desde Winnipeg para llevar a cabo esta actividad.
También visitamos varias iglesias y nos reunimos con pastores que deseaban recibir a Ernesto como mentor en sus ministerios.
Fue maravilloso ver cómo los jóvenes fueron muy atentos durante todas las sesiones y participaron activamente en los tiempos de discusión.
El tema de este retiro se basó en el Discipulado.
El jueves, el programa comenzó con un almuerzo seguido de la inscripción y asignación de las habitaciones. Luego, a las 14:30, comenzó la primera sesión donde Ernesto compartió acerca de la importancia de descansar usando varios ejemplos en la Escritura.
El jueves por la noche Ernesto predicó sobre la necesidad de perdonar para sanarnos a nosotros mismos. Al final, Ernesto oró por aquellos que necesitaban hacerlo. Fue un momento muy emotivo cuando Eddy, un hombre que asistió al retiro con su hija de 18 años y su hijo de 11 años, pasó al frente y le pidió a Ernesto que orara por él ya que necesitaba perdonar a su esposa que lo había dejado por otro hombre.
El viernes por la tarde, nos separamos en diferentes grupos: hombres, jóvenes y mujeres.
Durante este tiempo Ernesto se reunió con las parejas de pastores en una sesión de preguntas y respuestas donde pudieron expresar sus preocupaciones.
Marina y Esther de Winnipeg compartieron con las mujeres un tema de restauración. Ester habló de lo que Dios piensa acerca de nosotros, del tesoro que se encuentra en cada uno según 2 Corintios 4: 6-9 y que, aunque las dificultades de la vida nos hacen sentir que no valemos nada, para Dios tenemos un valor especial.
Marina se unió a este tema de la restauración de la imagen de Dios estando en nosotros. En Génesis 1: 26-31 leemos que fuimos creados bajo su bendición. Luego compartió algunos ejemplos de mujeres en la Biblia como Betsabé, Ana y Ester que pasaron por momentos difíciles en sus vidas: Betsabé sufrió dolor como madre y esposa al perder a su esposo y su hijo; Ana lloraba profundamente porque no podía tener hijos; Esther experimentó el dolor de crecer huérfana. Cada una de ellas fue finalmente bendecida por Dios y Marina cerró con el pensamiento de que -aunque la situación sea difícil- Dios no nos abandona.
Terminamos el sábado por la mañana con un tiempo de adoración y testimonios.
Testimonios:
Eddy está involucrado en la política del país y aceptó a Cristo hace dos meses a través de uno de los pastores. Fue una gran bendición ver cómo sirvió a toda la gente durante este retiro. Me hizo pensar en el “primer amor” como nos dice la Biblia. También les pidió a sus dos hijos que también sirvieran junto a él. Muchas personas que lo conocían estaban asombradas al ver el cambio en él. La primera noche todo era muy nuevo para él, pero él quería aprender y estaba muy agradecido a Ernesto por sus mensajes y enseñanzas.
Su hija aceptó a Cristo durante el retiro y él estaba muy feliz. Nos dijo que a partir de ese momento una nueva vida estaba comenzando para ellos como familia.
Muchos jóvenes pasaron al frente para renovar sus votos con Cristo.
Algunos expresaron que habían aprendido mucho durante el retiro y que iban animados a alcanzar a otros jóvenes para Cristo.