Comparto hoy una reflexión tomada del internet:
Imagina que en una apuesta ganaste el siguiente premio: Tu Banco deposita cada día US$ 86.400,00 en una cuenta particular a tu nombre. Pero, como es costumbre, este premio también exige condiciones específicas:
PRIMERA CONDICIÓN: Puedes disponer de todo el dinero de la manera que tú dispongas, pero el dinero que no utilices en el día, el Banco lo retomará. Tampoco podrás utilizarlo para abrir otra cuenta. Simplemente, tienes que gastarlo. Cuando despiertes al día siguiente, el Banco depositará nuevamente US$ 86.400,00 en tu cuenta para que lo gastes ese día. Y así sucesivamente…
SEGUNDA CONDICIÓN: El banco puede cancelar el premio en cualquier momento y sin previo aviso. El banco cancela la cuenta y no tienes opción alguna para abrir otra cuenta con ese dinero. Entonces, el juego se da por terminado. Entonces, ¿tú qué harías?
Me imagino que empezarías a comprarte todo lo que te venga en gana. No solo para ti, sino para las personas que quieres y estimas mucho. ¿Cierto o no? Quizás, incluso para gente que tú ni siquiera conoces, puesto que no siempre podrías gastar todo el dinero solo para ti, ¿verdad? Intentarías utilizar cada centavo que tuvieras a disposición, ¿verdad? Pues amigo mío, lo que no puedes imaginarte es que ese juego es ¡UNA REALIDAD!
Todos y cada uno de nosotros recibe al nacer una cuenta en el Banco mágico, sólo que no la vemos. El Banco mágico es el Banco del Tiempo… Así, desde el momento en que nacemos, recibimos cada mañana de nuestra vida 86.400 segundos de vida para “vivirla” cada día. Y en la noche, cuando nos acostamos a dormir, el tiempo que no hemos utilizado ese día no se acumula para el día siguiente. El tiempo que no “vivimos“, ese día se pierde por complete y cada mañana, nuestra cuenta vuelve a llenarse.
Pero el banco puede, en cualquier momento y sin previo aviso, cancelar la cuenta. Entonces, ¿qué haces tú con tus 86.400 segundos que recibes a diario? No son más valiosos que la misma cantidad en Dollares. ¡Piénsalo bien!
Asi que no se queje por envejecer! Algunas personas no obtienen este privilegio.
Use su tiempo sabiamente.
Aquí le dejo otra reflexión: http://www.encuentro.ca/_audios/fln/545enc.mp3