Esta mañana mientras leía mi devocional se me vino a mi mente una carta que escribí hace unos 22 años atrás, aquí te comparto.
En el año 1999 mi hijo mayor se preparaba para ir a un viaje misionero a México con el grupo de jóvenes de nuestra iglesia.
Eran mas de 20 jóvenes y solamente 2 lideres, el pastor de jóvenes y una mujer soltera que tomando vacaciones de su trabajo decidió acompañarlos y ser de apoyo para el pastor de jóvenes y las señoritas que eran parte del grupo.
A cada padre se nos pidió escribir una carta para nuestros hijos la cual seria entregada a ellos cuando ya estuvieran establecidos en el campamento en donde vivirían por esas 2 semanas.
Nuestros hijos no sabían de estas cartas.
Sentí en mi corazón escribir una carta para cada uno de los lideres que acompañaban a nuestros hijos, agradeciéndoles por ir y tomar la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos ya que eran jóvenes, la mayoría entre los 16 a los 18 años de edad (eran de los grados 10 al 12 de escuela secundaria)
En la carta les agradecía por ser esos lideres a quienes nuestros hijos miraban con admiración y con respeto al ser ellos a quienes Dios había puesto para solidificar ese fundamento solido que el futuro ninguna tormenta les derribaría su Fe, su amor y deseo de servir al Señor en donde El les colocara.
Recuerdo que en esas cartas además de agradecerles los anime a tener mucha paciencia ya que yo se que no seria fácil para ellos lidiar con un grupo de jóvenes de esas edades.
Fueron 2 semanas en donde nuestros hijos compartieron juntos y esa experiencia fue inolvidable para ellos.
En la carta que escribí a mi hijo recuerdo que le decía que se dejara guiar por el Espíritu Santo a que le enseñara y mostrara a Jesús en el rostro de los niños a quienes servirían en la escuela bíblica, en el sufrimiento de las personas ya que en lo poco que tienen para vivir, ellos son felices y agradecidos con lo que tienen.
Después del regreso fue por esa carta en donde yo agradecía y animaba a los lideres que nació una amistad muy cercana con la mujer líder que es mi querida amiga hasta el día de hoy.
El pastor de jóvenes quien ahora sirve como pastor de música continúa sirviendo fielmente al Señor.
Muchos de los jóvenes, quizás la mayoría, siguen involucrados en diferentes ministerios sirviendo al Señor con pasión, y mi hijo ahora es un líder de un grupo de estudiantes de la escuela donde el enseña y que viajan a México cada año a construir viviendas para familias de escasos recursos.
Creo que ese viaje moldeo la vida de cada uno de estos jóvenes, que un día sin saber el impacto que este viaje haría en su vida futura, y que ahora todavía sirven al Señor.
Hoy doy gracias al Señor por los lideres que han dedicado su vida para cuidar y pastorear a nuestros hijos y animarlos a que se mantengan en el rebaño.
Gracias lideres por ser ese Pablo que cuido de Timoteo y se preocupo de que siempre guardara su Fe y su caminar con Cristo.
“A Timoteo, mi amado hijo: Que Dios el Padre y Jesucristo nuestro Señor derramen en ti su gracia, su misericordia y su paz. ¡Siempre doy gracias a Dios por ti, Timoteo! De día y de noche elevo oraciones por ti al Dios de mis antepasados. A él le sirvo con la conciencia limpia. Cuando recuerdo tus lágrimas, anhelo tener la alegría de volver a verte.” (2 Timoteo 1:2-4)
Marina Pinto
Les invito a escuchar algunos de los nuevos programas radiales ENCUENTRO FAMILIAR:
Programa # 107: Embarazo no planeado
Programa # 110: Dios tuvo misericordia y me sano