Lamentablemente el machismo es un cáncer que aun en nuestros círculos cristianos está dañando la salud emocional y espiritual de nuestras familias. El machismo es un fuerte complejo de inferioridad que siempre hace daño a los más débiles.
Muchas actitudes y palabras hieren más que los golpes. El abuso verbal es tan repugnante como los golpes. Mi amigo, la violencia en el hogar siempre terminará destruyendo la autoestima de tus hijos y tatuando el alma para siempre.
El machista siempre está tratando de demonstrar quién es, que está en control o que es él que manda. Él utiliza lo único que tiene, la fuerza bruta y solamente se siente hombre cuando maltrata a sus indefensos hijos o cuando le pega a su mujer.
Los golpes, los gritos, la fuerza bruta es una forma de comunicación pero una comunicación negativa que crea cicatrices en el alma de nuestros hijos y de nuestra esposa.
La violencia doméstica es un cáncer que no conoce estatus social, educación o económico. Esta maldición está trayendo una muerte cada dos horas en nuestro mundo.
Una de cada cinco muertes violentas femeninas tiene lugar en el hogar. Nueve de cada cien mujeres de 15 años y más que conviven con su pareja, son objeto de agresiones físicas por parte de su compañero o esposo y, ocho de cada cien padecen violencia de tipo sexual».
¿Qué puede usted hacer para parar este cáncer?
Algunas ideas a considerar:
- infórmese sobre el tema; compre libros, asista a reuniones donde se hace conciencia sobre cómo resolver los conflictos pacíficamente.
- Converse el tema en su familia, involucre a suyos en conversaciones a favor del dialogo.
- No espere que su hija/o llegue a ser adolescente para conversar con ellos, comience desde que nacen.
- Recuerde que la violencia es un comportamiento aprendido.
- Enséñele a los suyos que hablando se entiende la gente, y las palabras pueden ser medicina y no piedras o puños cerrados.
Puede ser que tú estás atrapada o puede ser que tú estás atrapado en el pasado.
Quiero decirte que hay esperanza y eso es la única razón porque estamos en el aire porque hay esperanza para ti. Jesucristo cuando vino a morir en la cruz del Calvario estaba pensando en ti. Él se entregó por ti por tu pasado. Tú puedes traer tus cicatrices emocionales a los pies de Jesucristo en este momento, simplemente tienes que decirle: ¨Señor reconozco que tú moriste por mí, te acepto. Abro la puerta de mi corazón para que tú vengas a ser el Señor y el sanador de mi corazón.”
Jesucristo está esperando por ti. Él está con sus brazos abiertos. Ven a él.
Ernesto Pinto
Les invito a escuchar estos programas de radio:
“Yo soy el macho”
“Machismo y Matriarcado” http://encuentro.ca/_classes/apps/audioPlayerlite.cfm?mode=popup&myid=0