Jesús ora en soledad: “Y levantándose muy de mañana, aún muy de noche, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”Marcos 1:35.
No solamente debemos de concentrarnos en el modelo de Jesús para nuestra oración; sino que también debemos seguir su ejemplo.
Si sientes que no sabes cómo orar, entonces sigue la mejor guía que es Su Palabra; allí encontrarás ejemplos que te ayudarán a tener una vida llena de la plenitud de Dios.
Aquí uno de ellos:
“Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.” Mateo 6:6
John Baillie, un escocés quien fue muy reconocido y respetado como teólogo, maestro y autor demostró que su vida devocional fue más importante que sus obligaciones académicas. Él pudo encontrar un balance entre la fe y la razón.
Nuestra vida de oración debe de ser primordial sobre todas las cosas.
¿Le das gracias a Dios por todo lo que Él te ha dado?
John Baillie daba gracias a Dios por sus muchas bendiciones recibidas de parte de Dios, entre ellas: salud, prosperidad, posesiones materiales e influencia en el mundo. Además de darle gracias, le pedía a Dios que le ayudara a poner cada una de ellas a Su servicio.
¿Cuál de tus bendiciones te resulta difícil poner al servicio del Señor? ¿Y por qué?
Muchas veces estamos tan ocupados en nuestra agenda del día que sentimos que no tenemos tiempo para orar. John Baillie recomienda que el mejor tiempo para la oración es temprano en la mañana, al levantarte; si sientes que no tendrás tiempo, levántate unos minutos antes para tu oración matutina.
Leemos nuevamente en el libro de Marcos 1:35, y nos dice; “Y levantándose (Jesús) muy de mañana, aún muy de noche, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”
¿No es cierto que disfrutamos cuando podemos tener un tiempo a solas con una persona quien es muy especial para nuestra vida?
Jesús disfrutaba este tiempo cuando podía estar en comunión con su Padre Celestial. ¿Has experimentado en tu vida esos momentos cuando te encierras en tu habitación solo(a) y tienes esa comunión con el Señor? ¿Cuándo con tus manos levantadas te rindes a Él en completa adoración? ¿No es cierto que es un deleite sentir que Él te ama, te escucha, y que recibe esa ofrenda que le das en ese momento de intimidad entre ustedes dos, solamente entre tú y Él?
No permitas que las ocupaciones y preocupaciones de la vida te roben ese tiempo que Él quiere tener contigo.
John Baillie escribió algunas oraciones en la tarde, pero encontró que el mejor tiempo para la oración era muy temprano de mañana. Al escribir varias oraciones hoy nos comparte una de ellas y nos invita a que la leamos atentamente para que se haga propia en nuestras vidas:
«Mi primer pensamiento”
Eterno Padre de mi alma,
permite que mi primer pensamiento de este día se dirija a Ti,
que mi primer impulso sea adorarte,
que mi primera palabra sea tu nombre,
que mi primera acción sea arrodillarme delante de Ti en oración.
Por tu perfecta sabiduría y tu perfecta bondad;
por el amor con que Tú amas a la humanidad;
por el amor con que me amas a mí,
por la grande y misteriosa oportunidad de mi vida;
por la presencia de tu Espíritu en mi corazón;
por los múltiples dones de tu Espíritu,
te alabo y adoro, oh Señor.
Sin embargo, no permitas que cuando termine esta oración por la mañana, piense que mi adoración ha terminado y me olvide de ti por el resto del día.
Más bien permite que en estos momentos de quietud, tu luz vaya conmigo, y que el gozo y tu poder permanezcan conmigo a través del resto del día.”
“Dad gracias en todo; porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”1 Tesalonicenses 5:18
Marina Pinto