Mi esposa tiene pavor a los ratones, una fobia que aún no logro comprender. En mi opinión, ¿qué nos pueden hacer esos insignificantes ratoncitos? Lo único que tenemos que hacer es cuidar el queso.
Dios en su eterna sabiduría nos creó a cada uno según nuestra especie para una función específica. Usted, el ratón y yo tenemos una misión en nuestro ecosistema. Comencemos con el señor Ratón. No sé cuál sea la función de esa criatura en nuestras casas, pero en el bosque tiene un trabajo muy importante que hacer. Veamos lo que los Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) concluyeron después de estudiar a este animalito: “la importancia del ratón de campo como elemento clave en la regeneración de los bosques de robles. La importancia radica en que almacenan y esconden bellotas. Y también las transportan hasta una distancia de hasta 130 metros.” Entonces sabemos cuál es su propósito: producir la regeneración de los bosques.
Este animalito cumple una función importantísima en nuestro mundo. En cambio, ¿sabe usted para qué vino a este mundo? ¿Sólo para consumir? ¿Para estorbar? ¿Para qué?
Hace unos días, al caminar por nuestra ciudad vi un señor en una silla de ruedas estacionado en medio del pavimento junto en un reductor de velocidad. El radiante sol nos regalaba una temperatura de 40º C (grados centígrados), imagínese cómo se sentía aquel ser humano sin piernas, fatigado por la inclemencia del sol y dependiendo de la misericordia de los motoristas que obligadamente tienen que reducir la velocidad en ese punto. Decidí comprar unas cuantas botellas de agua y algo de comer, luego regresé donde estaba nuestro amigo. Estacioné mi auto, me dirigí hacia él, le entregué los víveres y comenzamos a conversar. Me contó que tenía que sostener a su señora y a una hija pequeña y eso lo obligaba, según sus propias palabras, “a trabajar pidiendo en la calle”. “No es fácil este trabajo”-continuó- “Muchos en vez de darme algo de dinero me tiran basura y latas vacías”. Vi cómo su rostro se llenaba de tristeza al compartir esta triste realidad de quienes viajamos por aquella carretera, sin advertir el rostro de Dios en aquel mendigo de turno y que mañana podría ser alguno de nosotros.
Mi amigo, Dios nos creó con un motivo definido y así como ese ratón, tenemos una misión. Cristo definió nuestro propósito así: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Mateo 22:37-39
¿Cuál es tu propósito en esta Tierra? Primero: honrar, amar, glorificar a Dios con todo lo que tienes y segundo: honrar su creación. Amar a tu próximo, sin importar las circunstancias, raza o color. Así que cuando veas al próximo harapiento, en condiciones menos afortunadas que las tuyas, dale gracias a Dios por lo que tienes y puedes disfrutar en este momento. Y recuerda siempre que ese ser humano, a pesar de esas condiciones, también es la IMAGEN de Dios. El Apóstol Juan lo plantea de esta manera: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto jamás? 1 Juan 4:20.
Finalizo esta reflexión con una fábula que he guardado en mis archivos desde mi juventud y se llama “La Ratonera”:
“Un ratón mirando por un agujero de la pared, vio al granjero y a su esposa abrir un paquete. Quedó aterrorizado cuando advirtió que era una trampa para ratones fue corriendo al patio a advertirles a todos: -¡Hay una ratonera en casa! ¡Hay una ratonera!
La gallina que estaba cacareando y escarbando le dijo: -Disculpe señor ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada. Entonces fue hasta el cordero quien le dijo lo mismo: -Disculpe señor ratón, pero no creo poder hacer algo más que pedir por usted en mis oraciones. El ratón se dirigió a la vaca: -¿Pero acaso estoy en peligro? ¡Pienso que no!- dijo la vaca. El roedor volvió a la casa, preocupado y abatido para encarar a la ratonera del granjero. Aquella noche se oyó un gran barullo como el de la ratonera atrapando su víctima, la mujer corrió a ver que había atrapado. En la oscuridad ella no vio que había atrapado la cola de una serpiente venenosa. La serpiente veloz mordió a la mujer, el granjero la llevó inmediatamente al hospital, ella volvió con fiebre alta. El granjero para reconfortarla le preparó una nutritiva sopa, agarró el cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Como la mujer no mejoró los amigos y vecinos fueron a visitarlos, el granjero mató al cordero para alimentarlos. Pero la mujer no mejoró y murió, el esposo vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral…. Y El único que sobrevivió fue el señor Ratón
La próxima vez que alguien te cuente su problema y creas que no te afecta porque no es tuyo y no le prestes atención, piénsalo dos veces, el que no vive para servir no sirve para vivir. El mundo no anda mal por la maldad de los malos sino por la apatía de los buenos. Así que cuando alguien necesite de ti por sus problemas extiende tu mano o dale una palabra de aliento.
Dios nos enseñe a traer paz y hacer la diferencia en nuestro mundo tan violento. Dios nos ayude a entender su corazón y decidir continuar por ese sagrado camino que Cristo nos trazó.
- ¿Qué debo hacer para restablecer esa relación con Dios?
Una sincera y sencilla oración, Cambiara su destino. ¿se atreve a orar conmigo? … “Señor, reconozco que he vivido alejado(a) totalmente de Ti, ofendiéndote con mis actos. Estoy arrepentido(a) de lo que hice, y por eso te pido perdón. Acepto la muerte del Señor Jesucristo, y creo que su sangre derramada cubre ante Ti mis pecados. Ahora le acepto a Él como mi Salvador personal. Abro la puerta de mi corazón y le invito a que entre a mi vida y sea El quien la dirija de aquí en adelante. Amén”.
Si usted ha orado de esta manera, a partir de este momento empieza una nueva vida. La Biblia dice: “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”.
Hay tres cosas que usted ha obtenido al hacer esta decisión:
- Todos sus pecados han sido perdonados. (Isaías 1;18-28)
- Es un hijo(a) de Dios. (San Juan 1:12) “Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios’
- Tiene vida eterna. “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo”(1 Juan. 5:11).
También hay tres cosas que sugiero que haga diariamente:
- Leer la Biblia. De esta manera conocerá más de Dios.
- Ore Orar es hablar con Dios, como un hijo habla con su padre.
- Busque una iglesia donde pueda crecer espiritualmente y servir a Dios.
Finalmente, nos gustaría recibir un correo suyo para que nosotros también demos gracias a Dios por la decisión que acaba de hacer. Nuestro correo electrónico es: info@encuentro.ca
Dios le bendiga abundantemente.
Su amigo Ernesto Pinto