Muchas veces nos encontramos en un momento oscuro, donde ni siquiera vemos un rayo de luz. Y si nos ponemos a analizar cuáles serían los motivos, tal vez: la soledad, el pecado, las malas experiencias, preocupaciones, falta de fuerza, entre otras dificultades sean la respuesta. Pero también tenemos que reconocer que Jesús y la Biblia misma llaman tinieblas u oscuridad a un sector pecaminoso, por lo tanto cada persona necesita de luz porque vive y está envuelta en las tinieblas, por su condición moral y espiritual. Encontramos en Isaías 60:2: “Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones..».¨Pero allí hay una esperanza: «Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará su gloria!»
¿Por qué en un momento oscuro, irradia una luz? Porque la humanidad caída, sin Cristo, vive en la oscuridad del pecado, escondida de Dios como lo hizo Adán después de fallar contra el principio del Todopoderoso. Con este hecho se apagó la luz de la Esperanza, la luz de vida eterna, porque está escrito en Romanos 6:23 que la paga del pecado es muerte. No obstante, para que haya nuevamente una luz que alumbra el camino a la libertad espiritual, hacia el trono celestial y la vida eterna, Dios preparó un plan de salvación a todos los que estábamos envueltos en esas tiniebla.
En Isaías 43:2, dice: “Yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate.” Aquí vemos cuando Dios liberó a su pueblo de esa oscuridad, de esa esclavitud en la cual vivían ellos por mucho tiempo, entregando un pueblo para defender a los suyos. Pero el plan de Dios no terminó allí, porque sabía que el mundo seguiría pecando, entonces vino el propio Jesús para desarrollar ese plan de luz para la humanidad.
En Lucas 23:44, relata que la tierra fue cubierta por la oscuridad, y el velo del templo se partió en dos pedazos. Personalmente creo que se abrió una esperanza, se abrió el camino de luz, para que todos por medio de Cristo recibamos y seamos la luz del mundo. Esto para mí significa, una parte de la Pascua, la obra redentora de Cristo: EN UN TIEMPO OSCURO SE IRRADIA UNA LUZ.
En Juan 8:12, Jesús dijo: “yo soy la luz del mundo el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Mi amigo, si sigues a Cristo estarás en la luz, con la esperanza de la vida eterna, además Él mismo declara a sus seguidores como la luz de este mundo pecador: “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija (un almud), sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”.
Mateo 5:14-16
1 Pedro 2:9, encontramos la gran responsabilidad que tenemos al ser una luz, a llevar esperanza a otros, dice esto: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. El Señor desea que cada hijo suyo, quien forma parte de su familia que es la iglesia, sea también la luz de este mundo, viviendo en obediencia a sus principios, marcando la diferencia con su forma de vivir y comparta a otros de su gran amor que descubrimos por medio de su Palabra que es la Biblia.
Les animo a preguntarse, ¿estoy en oscuridad o en la luz? ¿Acepto ser la luz de este mundo? Dile a Dios en este momento: -Señor, te necesito más que nunca en mi vida, para que tu luz se refleje en mí y pueda brillar en el lugar donde me has puesto. Acepto que moriste por mí en la cruz y ahora quiero vivir solo para ti.
Heriberto Ayala
Colaborador de ENCUENTRO
Escuchen el testimonio de una mujer ciega, Ana Maria de Puerto Rico:
Otro testimonio de Merce Doble, de Tenerife, España: