Mientras viajamos mi esposo y yo por varios lugares, conocemos a muchas personas que también son nuestra familia. Digo nuestra familia ya que; hay cristianos que se refieren en una forma simpatizante que dicen que somos hijos de diferentes madres pero de un mismo padre y ellos se refieren “A nuestro Padre Celestial; y eso es muy cierto ya que cuando recibimos al Señor en nuestros corazones venimos a ser hijos de un mismo padre.
En nuestro caminar también hemos conocido a muchas personas que aún no han invitado a Cristo a reinar en sus vidas y sus corazones y es por ellos que seguimos intercediendo para que ellos puedan reconocer que sin Él no somos nada, y que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a Él.
En el libro de San Juan en el capítulo 15 versículo 4-5 nos dice la escritura “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Así es mi amigo(a) no podremos ver frutos en nuestra vida si no estamos conectados a la “VID”: “Jesucristo”, por muy buenos que creamos ser, sin Él no somos nada.
Si no tienes a Cristo, de nada te sirve, ya que no nos salvaremos por buenas obras si no por su gracia y este es un regalo gratuito que Él nos ofrece; solamente tenemos que recibirlo, no cuesta nada ya que Él pago en la cruz por nuestros pecados y lo hizo por ti y por mí porque nos ama.
“Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Isaías 53:5-10.
El ya pago la deuda por ti, solo acéptalo “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16
Él te espera hoy! “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20
Si mi amigo(a) hoy es el día.
Marina Pinto.