Hola querido Pastor y consejero familiar, le saludo desde Sur América deseándole muchas bendiciones por su programa. Lo escucho a través de una emisora de mi ciudad. Siempre escucho los testimonios y me causan una sensación de tristeza grande, ya que yo he vivido algo parecido en mi vida.
Nací en un hogar donde nunca supimos lo que fue amor u orientación de padres a hijos. Mi papá siempre los fines de semana llegaba borracho, maltrató a mi mama e insultó a todo el mundo. Creo que fuimos engendrados por producto del deseo perverso de mi papá a satisfacer sus deseos sexuales. Pienso que es por eso, que mis hermanos y yo somos unos fracasados, con mucha frustración y toda clase de males.
Mis padres todavía viven. Papá todavía toma mucho licor y a pesar de que ya tiene 63 años ha cambiado un poco porque ya estamos grandes.
Cuando yo tenía 11 años me acusaron de haber violado un compañero de estudio y me llevaron a un tribunal. Pero quedé libre porque fue una acusación falsa, ya que yo nunca cometí tal violación. Después de eso me expulsaron del colegio y mi vida de ahí para acá se convirtió en un tormento por la gran vergüenza pública y el desprecio familiar.
Le cuento que he sufrido enormemente. Me enfermé de los nervios, he fracasado en casi todo lo que intento y mi familia es un desastre por los continuos pleitos. Hace 12 años encontré a Cristo y he sabido sobrellevar estas grandes penas, todavía soy único creyente de la familia. Ahora tengo 32 años.
Le escribo pidiéndole que me acompañe en suplicas al señor para que sane esos profundos daños que están tan profundos en mi alma y tan escondidos que no me dejan vivir mi vida en paz. Actualmente me encuentro tomando medicamentos para dormir aun cuando ante la sociedad llevo una vida normal y trabajo, sufro mucho.
Les he contado esto a pastores, pero no he podido sanar totalmente mi alma.
Gracias por escucharme.
Un alma herida por su padre.
Respuesta:
Por tu nota deduzco que no deseas ninguna respuesta, solamente deseas expresar cómo te sientes. Así que respetaré eso. Sin embargo, con tu permiso y para beneficio de otros que leerán esta nota haré algunos comentarios.
Tristemente mi caro amigo, esa es la cruda realidad de cientos y cientos de niños y niñas a través de nuestras tierras. Crecerán en un ambiente como el tuyo de muchas vejaciones, limitaciones, abuso físico y emocional por la maldición de la paternidad irresponsable. Enfurece pensar que muchos de nosotros vamos por el mundo heridos, lastimados, con una pobre autoestima gracias a nuestros padres. Después de conversar con muchos que por sus decisiones terminaron en las cárceles me han dicho lo siguiente: “Yo soy un delincuente que fui entrenado en mi casa, por un padre abusador, grosero e irresponsable. (Claro que eso incluye algunas madres).
Pero mi amigo la sanidad del alma es una decisión consciente. Así como suena: UNA DECISION. Tú puedes seguir caminando con esa piedra del pasado en tus espaldas y culpar a todo el mundo de tus fracasos y desgracias. Tú decides si quieres seguir siendo una víctima del abuso que sufriste. Tú decides si quieres seguir dando lastima o aun peor todavía, Tú decides que, porque a ti te violaron o abusaron, seguirás violando y lastimando a otros.
Recuerda que cuando pasó lo que te pasó Tú fuiste una víctima inocente, Tú no tuviste opción, ni tampoco ninguna culpa. Sin embargo, ahora tu puedes re-escribir tu historia y entrar en el proceso de sanidad de tu alma. (Por favor haz el énfasis en PROCESO)
Si sientes que estás atrapado en tu pasado, aquí te dejo algunas cosas para pensar y luego Tú decides que hacer con tu dolor.
- Reconoce que fuiste una víctima. Tú NO eres culpable.
- Que las heridas provocadas por mi victimario pasado son reales. Que el dolor que llevó en mi alma es real. Y que NO me ayuda en nada tratar de esconderlo, o llenar mi vacío existencial con culpar otros, con adicciones ya sean estás estupefacientes, comida, comprar/gastar, llamar la atención con mi lagrimas o comportamiento etc.
- Advertir que YO no soy la única persona en éste mundo que ha sufrido una tragedia o fracaso.
- Decidir que necesito ayuda, y que voy a buscarla.
- Aceptar que HAY ESPERANZA, que Yo puedo ser restaurado/a y funcionar en éste mundo.
- Dios me ama y por eso envío a Jesucristo. El dijo: “Yo he venido para que tengan vida y para que la disfruten” Cristo no vino para hacer un Show en la Historia humana, ni tampoco solo para llevarnos al cielo. El vino a “Sanar a los enfermos” y las heridas del alma son tan reales y te afectan tanto como un cáncer. Para las heridas del corazón la única vacuna es el PERDON, y cuando Cristo murió por mi en la Cruz del Calvario dice el legendario profeta Isaías: El (Jesucristo) llevó nuestras enfermedades, sufrió por nuestros dolores….. El fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados…. Y por su llaga fuimos nosotros curados. (Puedes ver el texto completo en Isaías 53:4)
Muchos de nosotros que fuimos heridos por nuestros padres comenzamos el PROCESO de sanidad tomando la DECISION de aceptar el PERDON de CRISTO y en ese PROCESO que caminamos hemos DECIDO PERDONAR a los que nos victimizaron y tomamos la DECISION de reconstruir nuestras emociones a la luz de las enseñanzas de Jesús.
Si deseas puedes comenzar HOY. Haz esta oración en tu corazón:
Dios te doy gracias porque me amas tal como soy. Tú me conoces y conoces mi situación.
Gracias por enviar a Jesucristo a morir por mis pecados. Hoy decido aceptar TU perdón. Limpia mi alma, y enséñame a caminar en TU perdón. Dame fuerza para enfrentar mi situación y junto a TI comenzar de nuevo. Hoy decido que mi destino no lo decide mi pasado. Ven a mi corazón. Amen.
Textos Bíblicos para meditar:
Isaías 53:1-4
Lucas 7, 36-50
Matt. 6, 14-15
Matt. 5, 1-12