Querido Pastor:
Me alegra mucho que haya un programa tan importante para el mundo donde se tratan temas tan relevantes a nuestra realidad. Soy un fiel oyente de su tan escuchado programa, aquí en mi región hay varias emisoras que trasmiten ENCUENTRO.
Siempre quise escribirle, pero se me hizo muy vergonzoso. Pero hoy decidí hacer un PARO por completo al rumbo que lleva mi vida. Necesito su ayuda. Tengo 32 años de edad, nacido y criado en el seno de una familia cristiana. Estoy casado con una linda mujer y tenemos dos hermosos bebés.
Le doy un poco de trasfondo: Cuando tenía 14 años, cansado de asistir a un templo casi obligatoriamente para complacer a mis padres, una noche decidí aceptar a Jesús. De ahí mi vida comenzó a tomar otro rumbo diferente al que tenía planeado para ella. En mi congregación yo era uno de los jóvenes más destacados, predicaba; era líder juvenil, director del coro de la iglesia, etc.
Después de unos años de estar casado, se despertó en mi cierto deseo de saber que había o que podía ofrecerme el mundo. No me salí de la iglesia; seguía mi vida de cristiano supuestamente normal, pero mi vida como cristiano ya no era la misma. Por razones que desconozco empezó a haber escasez de contacto sexual con mi esposa, no sé si por poca experiencia, no sé por que. Pero yo decidí buscar ayuda en los videos pornográficos para ver las películas junto a mi esposa para ver si en ella se despertaba más el deseo o el apetito sexual. Pero ella como buena cristiana nunca estuvo de acuerdo; sin embargo, yo seguía viendo los videos ya solo, o acompañado por compañeros de trabajo o de estudios. No satisfecho con esto, recurrí al internet. Allí buscaba amistades, luego hubo intercambio de fotos y demás cosas. En una ocasión llegue a tener el sexo virtual. No me siento bien conmigo mismo y mucho menos con Dios. A pesar de que Dios me ha dado tanto – mi esposa, mis hijos, mi casa, auto, buen empleo. Ser visto en mi alrededor como un ejemplo es mucho logro para un joven como yo en mi sociedad. Le he fallado al que me dio la vida, al que me lo ha dado todo. Soy un miserable.
Hoy escuché su programa al trasladarme en mi auto de mi casa hasta mi trabajo y el tema era una amante virtual y fue ahí cuando decidí que ya esta bueno de pecado y contarle a usted.
Hace mucho tiempo he intentado enderezar mis pasos, pero vuelvo a caer. Yo se que un corazón contrito y humillado no lo desprecia Dios, pero necesito ayuda pastor.
Gracias por tomar tiempo y atender mi carta; necesito una respuesta urgente. ¡Ya no puedo más!
Apreciado amigo,
Gracias por tu carta y por la honestidad al abrir tu corazón de esa manera. Lamentablemente en muchos de nuestras oficinas y hogares el internet ha venido a ser una ventana más para el gran negocio de la pornografía.
Lamento mucho escuchar que te has desviado de los valores enseñados por tus padres. Y ojalá que tu experiencia le sirva aquel joven que ahora está sirviendo a Dios y se mantiene puro y que como tu, se está preguntando “¿Qué es lo que el “mundo” (para usar tu lenguaje) me pueda ofrecer?”
Como tu experiencia te lo dice a gritos, la pornografía es adictiva y destructiva. Como tu, mucha gente se refugia en la pornografía tratando de escapar a su realidad o dolor. En tu caso no sabías como dialogar o tratar la crisis de falta de comunicación en el área que tu llamas “LA ESCASEZ DE CONTACTO SEXUAL”. Lo que realmente te llevó a probar lo que “el mundo” te podía ofrecer fue realmente TU ORGULLO. Si, orgullo, porque lo que no quisiste enfrentar fue darte cuenta que aquel “muchacho modelo de cristiano” que te creías, no sabía cómo comunicarse con su esposa. La humildad te hubiera llevado a buscar ayuda como lo estás haciendo ahora, pero no, no podías permitir que otros supieran que EL BUEN CRISTIANO TUVIERA PROBLEMAS.
La realidad es que nosotros que amamos al Señor y nos esforzamos por seguir a Cristo, somos tentados y tenemos luchas, problemas y debilidades. Es por eso necesitamos la HUMILDAD para pedir ayuda cuando la necesitamos. (Perdona que suene muy paternalista o pastoral). Volvamos al tema.
Te decía que la pornografía es adictiva y ahora tienes que verte como un adicto.
- Acepta esa realidad. No actúes como el alcohólico que mientras está en su estado de negación NADIE LE PUEDA AYUDAR.
- Reconoce que al acercarte a la pornografía en cualquiera de sus formas inconscientemente estás tratando de castigar a tu esposa por no corresponderte sexualmente.
- La infidelidad, no deja de ser infidelidad porque sea virtual.
Reconocer que estás atrapado en esta adicción. Eso te ayudará a buscar ayuda.
Por lo que me relatas en tu nota, intuyo que hay problemas más profundos en tu personalidad que debes de enfrentar, de preferencia con un consejero.
Lo positivo de esto es que tu esposa está consciente del problema y eso ayudará. Definitivamente necesitas ayuda de un consejero. Te animo a que busques uno en tu región.
Lo practico por ahora sería que hables con tu esposa de la seriedad de este asunto y ya que ustedes son creyentes, puedes comenzar por arrepentirte y pedir perdón a Dios y a tu esposa. Luego puedes hacer un pacto con Dios y tu esposa de renunciar la pornografía. ¿Cómo se hace eso? Tendrás hacer y poner por escrito un pacto. Se comprometerán a chequear cada semana cómo va el progreso de esa nueva vida. (Si deseas me envías una copia a mí, del pacto).
Mi amigo no hay soluciones fáciles. Muchas veces nuestros pecados ocultos traerán mucha vergüenza, pero si no paramos a tiempo dañaremos nuestras vidas y la de aquellos a quienes amamos tanto. No cabe duda que un corazón contrito y humillado no lo desprecia Dios.
Gracias por escribirme y no olvides que Dios te ama y yo también.
Ernesto Pinto
Textos bíblicos para pensar:
- Filipenses 4:8
- Colosenses 1: 21-23
- Proverbios 5:22
- Romanos 1:18, 24, 25
- Santiago 5:16
- Colosenses 1:13, 14