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estás aquí: Inicio / Blog / Infidelidad: la puñalada por la espalda

marzo 18, 2020 By Encuentro

Infidelidad: la puñalada por la espalda

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EL CONSEJERO RESPONDE:

Se dice que hubo una reunión en el infierno, en la cual el enemigo de nuestras almas, el mero cachudo -dirían en el argot popular- les pidió a sus generales que vinieran con un plan para destruir a la humanidad. Sus secuaces vinieron con estrategias muy ingeniosas. Uno de ellos dijo: “Iremos por el mundo diciéndole que toda religión los llevará a Dios”. Un grupo aplaudió, luego otro se levantó diciendo: “Mejor iremos por el mundo diciendo que Dios sí existe, pero que es un tema de viejos, que todavía están jóvenes para creer en esas cosas, que ya cuando sean mayores, piensen en el cielo”. Otra vez hubo aplausos. Fue así como uno a uno, entre los demonios, surgieron muchas otras ideas, hasta que uno se levantó que dijo: “Señor Satanás: el mejor plan es destruir el corazón de Dios”. “¿Y cómo lo lograremos? Explícate”, requirió el príncipe de las tinieblas. El demonio que tenía la palabra continuó: “La primera institución que Dios establece en la tierra es la familia; ella misma es SU CORAZÓN. Así que vamos a ir por el mundo a promover el adulterio, el abandono de los hijos, a enseñar que no hay hombre ni mujer; que cada quien puede elegir el sexo que desee. Instruiremos a los gobernantes que redefinan el concepto de familia y solamente así destruiremos al mundo y llenaremos el infierno”. El aplauso dejó sordos a los participantes, que estaban eufóricos con esa idea. Desde entonces comenzó con la destrucción de la primera base de la sociedad: la familia.

También se unió Hollywood, que por más de sesenta años ha ridiculizado la figura del padre de familia, el valor del hombre y su posición en nuestra sociedad. Como resultado, ahora el aumento de las madres solteras es noticia de cada día.

Mis apreciados lectores, la paternidad irresponsable y el divorcio tienen su sello en el infierno. En la actualidad los gobiernos luchan para legislar la destrucción de la familia tradicional, la que está formada por un hombre y una mujer. Así que mis amigos, cuando escuchen que un padre o una madre abandonó a sus hijos, cuando vean a la sociedad aplaudir el concubinato, cuando las estadísticas nos dicen que de cada cinco matrimonio, tres se van a divorciar en los primero cinco años, cuando el político de turno les ofrezca que va a legalizar el matrimonio igualitario, dígase a usted mismo que esa es la estrategia de destrucción que se orquestó en el mismo infierno.

Esa ilustración nos enseña lo que Cristo dijo en Juan 10:10: “El Diablo vino para matar y destruir”. El enemigo de nuestras almas tiene un plan permanente para destruir los matrimonios y la familia.

En el caso que nos ocupa, nuestra amiga hace referencia por lo menos a tres temas: Infidelidad conyugal, intento de suicidio y perdón. Como ya mencioné, la predilección de nuestra sociedad contemporánea es: “Haz lo que te dé la gana”. Dicho de otra manera, no debe de importarte ni las instituciones ni mucho menos tu prójimo. Es por eso que existe la unión libre, el matrimonio igualitario, la pedofilia, la zoofilia; que ahora son un “derecho”.

La infidelidad conyugal es una de las peores puñaladas a tu cónyuge. Eso, te aseguro, no se quedará sin consecuencias a largo plazo. Si no hay arrepentimiento y pronta restauración a esa relación, como resultado habrá hijos abandonados, heridas profundas, que los marcarán emocionalmente para toda su vida. Por supuesto, la infidelidad trae mucho dolor a la relación. Eso es lo que nos contó nuestra amiga.

¿Cómo enfrentar esos problemas? Cuando traté el caso de esta dama, me dijo que usó la palabra suicidio para llamar la atención. En realidad, muchas personas usan esa palabra para manipular. En este caso, ella me confesó que, cuando su esposo le dijo que se suicidara, ella se sintió desafiada y sintió la tentación de acabar con su vida. Gracias a Dios que reflexionó y buscó al Señor. Dios siempre llega a tiempo; ni un solo minuto tarde. (Leer Apocalipsis 3:20).

Veamos el tercer aspecto que nos menciona la historia inicial. Esto es el perdón como medicina a nuestro dolor.

El marido infiel recapacitó y regresó a pedir perdón. ¿Qué hacer? Perdonar es tan difícil. Nuestra protagonista, ahora con su nueva fe en Cristo, sabe lo que tiene que hacer. El PERDÓN nace en el cielo y, como creyentes en Cristo Jesús, viene a ser nuestra segunda naturaleza. Por lo general, un favor o un bien que alguien nos haga lo olvidamos rápidamente. En cambio, nos cuesta olvidar una ofensa. ¿Alguna vez has dicho la frase: “¿Yo perdono, pero no olvido?” Si esa es tu filosofía ¿crees que en realidad has perdonado? A la mayoría de nosotros se nos hace difícil perdonar a alguien que nos ha ofendido, incluyendo a miembros de nuestra propia familia. La buena noticia es que tú y yo no debemos ser como la mayoría. Debemos sanar nuestro corazón y tal vez salvar la relación.

Y aquellos que consideran que perdonar es difícil, debo recordarles que todo es difícil mientras no sea un hábito en nosotros. Después se hace más sencillo. El perdón es una virtud que se debe cultivar en el corazón. Cuando alguien en casa dijo o hizo algo que nos lastimó y reconoce su error en una actitud de arrepentimiento, buscando restaurar ese daño, ya sea el cónyuge, un hijo, el padre, la madre, un hermano, la hermana, etc. debemos perdonarle.

Tanto el que pide perdón como el que perdona, buscan vivir en armonía. Entonces, nosotros, siendo humanos, con virtudes y defectos, que nos equivocamos, debemos perdonar una y otra vez. Eso es lo que Jesús nos enseña en Mateo 18:21-22, que dice: “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”. Por supuesto, Jesús no estaba hablando literalmente. No está diciendo que debemos perdonar 4900 veces, sino que hablaba figuradamente, dando a entender que debemos perdonar todas las veces que sean necesarias.

Recordemos que perdonar no es olvidar, porque no podemos borrar de nuestra mente los acontecimientos. Perdonar es no tomar en cuenta; pasar por alto la falta cometida. Eso es lo que Dios hace con nosotros cada vez que nos arrepentimos. Él perdona esos pecados y no los toma en cuenta.

En la antigüedad, la gente, en señal de arrepentimiento, se rasgaba su ropa, se derramaban ceniza sobre su cabeza y luego pedían perdón por sus faltas y pecados. Es por eso que Dios nos dice, en el libro de Joel: “Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.” (Joel 2:13, NVI).

Rasgar el corazón, significa arrepentimiento genuino, autoexamen. Esta es la temporada del perdón en tu vida. Dios te perdona y le da nueva esperanza a tu matrimonio y familia. No me digas: “Yo no puedo”. Este es el momento para abrazar la gracia de Dios. Allí donde el razonamiento humano dice: “¡Es imposible!” Allí la fe dice: “¡Es posible!”

La fe es plena confianza en Dios que todo lo puede, como dice Hebreos en el capítulo 11. Dios no te ha abandonado. Él te ama, y eso no lo cambia ninguna circunstancia. Hoy te está susurrando, como expresa Éxodo 15:26: “Si oyeres atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad, de las que envié a los egipcios, te enviaré a ti; porque yo soy el SEÑOR tu Sanador”.

Parte del libro: Sin Anestesia del Dr. Ernesto Pinto

Puede solicitarlo a nuestra oficina o lo puede comprar en Amazon

 

Escuchen algunos programas radiales:

Prog. 1181 Como salvar mi matrimonio

      http://www.encuentro.ca/media/Encuentro/Archivo%20de%20Programas/1181enc%20-%20Como%20salvar%20mi%20matrimonio.mp3

Prog. 1183 El dolor de la infidelidad

      http://www.encuentro.ca/media/Encuentro/Archivo%20de%20Programas/1183enc%20-%20El%20dolor%20de%20la%20infidelidad.mp3

 

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