¡El ser miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo es un honor y una bendición inigualable! El Dios del cielo, el Creador de todas las cosas nos ha escogido para ser Sus Hijos pagando por nosotros con la preciosa sangre de Su Hijo Amado.
Pero también ese hecho, el hecho de ser parte de la Iglesia del Señor lo hace a usted y a mi un blanco del enemigo.
El ministerio Puertas Abiertas produce cada año un manual de oración por la Iglesia Perseguida en el mundo y lista los 50 países donde la lglesia es más perseguida. Países como Corea del Norte, China, y Afganistán (que ahora está de número uno en la lista) están allí. En esos 50 países los Cristianos están siendo oprimidos, vejados, despojados de sus derechos más elementales, puestos en prisión, y muertos por su fe.
Personalmente yo he estado en muchos de esos países y he visto y sentido, de primera mano, la opresión de la persecución.
Cada año miles de Cristianos son perseguidos a muerte mientras el resto del mundo calla en un silencio cómplice de muerte!
Cientos de miles de Cristianos huyeron de Irak y de Siria en medio del extremismo lslámico, y miles más están huyendo hoy de la cruenta persecución a muerte en Afganistán.
Y tal parece que esa persecución a muerte no cesará hasta la venida del Señor cuando Él mismo le ponga fin y nos introduzca a Su Reino Celestial! Por eso oramos cada día: “Venga, Señor, tu reino”.
Después de la muerte de José en Egipto se levantó “un faraón que no conocía a José”. En unos pocos años la gesta que hizo de José un héroe en Egipto fue olvidada y los hebreos se multiplicaron y se hicieron fuertes a los ojos del faraón y los egipcios. Y fue entonces cuando una opresión salvaje comenzó contra ellos. Y fueron obligados a trabajar como esclavos para hacer ciudades de acopio y toda clase de construcción a la fuerza!
Pero fue entonces cuando Dios levantó a Moisés como paladín de la gesta libertadora del pueblo hebreo.
Dios siempre tiene un Plan y un Propósito preparado para los tiempos a la mano y para todos los tiempos.
La amargura, la desesperación, y la angustia del Pueblo del Señor iban a ser cambiadas por la Presencia, el Poder y la Gloria de Dios!
Desde tiempos antiguos nuestro enemigo ha querido eliminar sistemáticamente al Pueblo de Dios, pero nunca lo ha logrado, ni lo logrará ahora. Los países que han tratado de exterminar el testimonio de la Iglesia, han visto como la Iglesia se multiplica más.
El Señor sigue hoy levantando a muchos que como Moisés están listos a sufrir por Cristo “antes que gozar de los deleites temporales del pecado” (Hebreos 11.25).
Que el Señor nos dé hoy de Su Gracia y Su Poder para resistir los embates del enemigo y Proclamar a los cuatro vientos que JESUCRISTO es el SEÑOR, cueste lo que cueste!
Hasta que todos oigan!
Eliezer D. González
Amigo del ministerio ENCUENTRO
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