Mi esposa disfruta mucho del tiempo de Navidad y a partir de noviembre comienza a ver las clásicas películas sobre esta época. Una de ellas es “Home alone” o más conocida en español como: “Solo en casa”. Que si bien fue estrenada en 1990 y ha estado en las carteleras como favorita durante doce semanas, actualmente se ha convertido en un clásico de Navidad.
La escena que más disfruto es cuando Kevin, el protagonista principal, va la Iglesia el 24 de diciembre y se encuentra con su vecino, un viejo muy extraño a quien el muchacho le tenía miedo. El anciano le aclara a Kevin, que ninguna de las cosas que se decían de él era verdad porque era una buena persona y que había ido a la Iglesia para escuchar cantar a su nieta en el coro. Su hijo no dejaba que la viera por un pleito que habían tenido hacía algunos años antes. Kevin le sugirió que se reconciliaran porque: “ningún niño debe de pasar la navidad sin su parientes”. En la escena siguiente, muestran cómo el abuelo se reconcilia con su hijo y se lo ve muy feliz abrazando a la niña.
En esta época en que celebramos que Dios envió a su Único Hijo a este mundo es tiempo de perdón y reconciliación, es tiempo de regresar a casa.
Cuántos padres están separados de sus familias, de sus hijos y de sus esposas, que continúan esperando por ellos. Ese error que cometiste, no se corrige huyendo o cometiendo más equivocaciones. Dios está tocando tu corazón, porque te ama y quiere que perdones y que además también aceptes el perdón. Es tiempo de regresar a casa…
“Vuelvan a su fortaleza, cautivos de la esperanza, pues hoy mismo les hago saber que les devolveré el doble”Zacarías 9:12 NVI.
Hace unos años atrás estuve ministrando en Chincha, Perú. En mi predicación animaba a los padres a no abandonar a sus hijos. Insisto, la pobreza que hay en nuestras tierras es consecuencia de la ausencia de verdaderos hombres en la vida de los niños. Al terminar el evento, un pequeño de unos diez años aproximadamente me entregó esta carta que ahora les comparto:
Hermano Ernesto Pinto,
Me llamo David y quiero que ore por mi familia. Yo soy el niño que le pidió oración por mi papá. Él se llama Pedro. Ellos están separados hace dos meses y lo extraño mucho. Mi papá me da todo lo que es material pero no me da su amor. Con mi mamá escuchamos el programa en la radio cuando Usted entrevistó a su mamá, y eso nos anima a orar y pedirle a Dios que nos ayude. Pues vivimos con mis abuelitos, y sé que Dios nos dará una casa dónde yo viva con mi mamá, y también con mi papá. Pero cuando Dios lo cambie, mi sueño es que sea antes de Navidad. Pues quiero pasarlo juntos con ellos. Ore por nosotros. Gracias y que Dios le bendiga y lo cuide. Y que vuelva pronto a Chincha, lo estaré esperando. David |
Cuántos niños como David están orando y pidiendo a Dios que regrese su papá.
Varones, ¡es tiempo de REGRESAR! Es tiempo de entender el verdadero sentido de la Navidad.
Cristo se hizo carne y habitó entre nosotros dándonos ejemplo de amor y perdón.
Para terminar, les comparto la historia que nos relata la Biblia en Lucas 2:9-14:
“Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:
«Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad»”.
Dios nos dio el regalo más valioso, se ofrendó a sí mismo para que nosotros nos regocijemos en el perdón y la reconciliación.
Regresa a tu casa hoy.
Ernesto Pinto.
Nota final:
¿Qué celebramos los cristianos evangélicos en esta época? No es la fecha, ni tampoco es la tradición. Es el hecho de que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Vimos Su gloria, la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14).
Les comparto algunos mini-programas: