squareoneworldmedia
Estoy cansada de esta vida
“Gracias Pastor por atenderme” fueron las primeras palabras, entre sollozos de una distinguida Señora que me visitara en mi oficina. Su frustración era tanta que no me permitió terminar mi cortes y rutinaria respuesta: “no hay cuidado”.
Ella estaba llorando y gritando “….Por qué a mi? …¿porqué tengo que ser yo quien haga todo en la casa: cocinar, lavar platos, limpiar, cuidar los niños, y hasta sacar al perro a pasear..? (Pausa., silencio) Pastor ….Estoy cansada de esta vida….quisiera desaparecer. No quiero seguir siendo simplemente la criada de mi marido; después de todo, él es un hombre que nunca aprecia lo que yo hago, ni siquiera lo nota. Por el contrario, lo que siempre escucho, es su amargada voz, cuando me grita, “ignorante”, “sos igualita a tu Nana” …. De esa manera desahogó su amargura aquella señora, por largo rato lloró y lloró.
Finalmente logré hacerle una pregunta, para ella inesperada: “Señora, dígame una cosa: ¿Ama usted a su esposo?” Rápidamente levantó su cabeza y me miro fijamente, y después de un largo silencio, me dijo: “….Ya no se… (pausa) … bueno, yo creo que si… por eso le estoy aguantando; ¿no cree?…” “Bueno Señora, lo primero que debemos hacer, es que vaya donde es su esposo e invítelo a venir junto con usted, para que conversemos.” le dije, “porque es difícil darle un consejo, conociendo solo un lado de la historia..”…. “Ahí está el detalle, porque mi marido insiste, que yo soy el problema….,” repicó aquella mujer.
Esta es la historia que he escuchado tantas veces de esposos y esposas que han venido a mi oficina en estos últimos años que he estado sirviendo como pastor y consejero matrimonial. La verdad, mis amigos es que en toda relación matrimonial hay momentos de alegría, y momentos de verdadera frustración. Pero si, es posible disfrutar la familia y crecer juntos en una relación significativa. No pretendo tener “La receta” o el elixir de la felicidad, pero te comparto algunas ideas que han ayudado nuestro matrimonio de 34 años.
Primero: Aceptar que en nuestra relación de pareja tendremos frustraciones. Los problemas son parte de la vida real. Reconozcamos que cuando enfrentamos una dificultad, no es tú problema, o mi problema: es nuestro problema. Enfrentémoslo como tal. Somos una familia, nos edificamos, ó nos destruimos.
Segundo: Analicemos con seriedad: ¿qué papel juega la comunicación en mi familia? Si, una verdadera comunicación! Esa actitud que me permite escuchar con sensibilidad el punto de vista de mi pareja. Esa actitud que me lleva a decir: “Lo siento, perdóname, me equivoqué.”
Tercero: ¿Qué lugar tiene Dios en tu vida? ¿En tu familia?…¿ cuánto tiempo hace que no hablas con Dios?…
Con estas preguntas te dejo, esperando que tu cónyuge y tus hijos encuentren en ti, lo que el divorcio no te puede dar.
Dios te ama profundamente por esa razón envió a Jesucristo a morir por ti. En El encontrarás paz y descanso; El quiere llevar tus frustraciones porque te ama.
Ernesto Pinto
Aquí algunos programas radiales que hablan del tema de la comunicación en el matrimonio:
http://www.encuentro.ca/images/File/921enc_-_los_desafios_de_la_familia_moderna.mp3
http://www.encuentro.ca/images/File/900enc_-_Los_enemigos_del_matrimonio.mp3
http://www.encuentro.ca/images/File/934enc_-_El_machismo_y_el_perdon.mp3