Firmes en la tempestad
- info593312
- 24 sept
- 2 Min. de lectura
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.”
Salmo 91:1-2
Cuando la vida se sacude
Todos, sin importar la edad, la fe o el lugar donde vivamos, enfrentamos momentos difíciles: problemas en la familia, preocupaciones económicas, enfermedades, pérdidas o simplemente un sentimiento de incertidumbre que no sabemos explicar.
A esos momentos les llamamos tempestades de la vida. Y aunque a veces parezca que no hay salida, este mensaje es claro: no estás solo. Hay un lugar seguro donde podemos refugiarnos, y ese lugar es Dios.
Como un ancla en el mar
Imagina un barco en medio del océano, sacudido por el viento y las olas. ¿Qué lo mantiene en su lugar? Un ancla firme.
Así también, cuando todo se mueve a nuestro alrededor, nuestra fe puede ser esa ancla si está puesta en Dios. Él no promete que no habrá tormentas, pero sí promete estar con nosotros en medio de ellas.
La paz que Él da no depende de que todo esté bien, sino de saber que Dios tiene el control, incluso cuando todo parece estar fuera de control.
Para reflexionar hoy
Estas preguntas pueden ayudarte a acercarte más a Dios, o al menos a reflexionar sobre tu vida:
¿Qué “tempestad” estás enfrentando hoy?
¿Has tratado de solucionarlo todo por ti mismo?
¿Te has detenido a hablar con Dios o, si no crees, a pensar en que quizás haya un propósito en medio de todo esto?
Una oración sencilla
Señor, gracias porque en medio de la tormenta Tú eres mi refugio. Aunque no siempre entiendo lo que sucede, ayúdame a confiar en que Tú estás conmigo. Dame paz y fuerza para seguir adelante. En el nombre de Jesús, Amén.
¿Y si no soy cristiano?
Este mensaje también es para ti. No necesitas tener todo claro o saber cómo orar. Puedes empezar simplemente con una conversación sincera con Dios, preguntándole si realmente está ahí. Él sabe lo que estás viviendo y te está buscando mucho antes de que tú lo buscaras a Él.
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