Una imagen que me impactó profundamente es la fotografía de Mel Gibson junto al personaje que interpretó como “Jesús” durante el rodaje de la película “La Pasión de Cristo”. En esa imagen, vemos a un Jesús ensangrentado, sufrido y golpeado, pero firme en su propósito de cargar con nuestra culpa. Aunque era solo una representación, te invito a reflexionar sobre cómo, en realidad, Cristo está presente cada día, dialogando contigo a través de la oración, sin importar la situación o el lugar en el que te encuentres. Aunque no puedas verlo a simple vista, puedes aferrarte a su promesa en Mateo 28:20: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. No hay forma de ocultarte de Él.
Imagina el mundo agitado en el que vives, lleno de distracciones, preocupaciones y quehaceres, donde a menudo no le dedicas tiempo a sentarte y conversar con Cristo. Te aseguro que Él siempre está allí, esperando a escucharte. Por eso es fundamental que tomes tiempo con Jesús; Él te acompaña. En Juan 15:14, Él mismo nos dice que nos considera amigos si cumplimos sus mandamientos, y los amigos pasan tiempo juntos, compartiendo tanto los buenos como los malos momentos.
Es comprensible que en la vida diaria te resulte difícil reconocer la presencia y compañía del Maestro. Tal vez has estado sintiéndote solo/a, sin percibir su interés por escucharte o atender tus quejas. Quizás sientes que nadie te comprende ni tiene tiempo para ti.
Quiero recordarte que no dudes de la compañía de Jesús. Él está a tu lado, dispuesto a secar tus lágrimas y ofrecerte su ayuda. Para Él, nada es imposible. Así como caminó con los discípulos que se dirigían a Emaús, entristecidos y sin esperanza tras su muerte, Él se acercó a ellos, sintiendo su dolor y necesidad. Lo mismo hará hoy contigo.
¿Sientes su compañía en tu vida? Si no es así, te animo a reconocer que Él camina contigo. Recuerda las palabras que el Padre Celestial le dijo a Josué, y que hoy se aplican a ti a través de su hijo Jesús: “Esfuérzate y sé valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9).
Ora así: “Señor Jesús, en este momento vengo a ti para reconocer y aceptar que tu presencia siempre va conmigo, sin importar dónde me encuentre. Te pido fuerza para seguir adelante, y cada día recordaré que tú vas conmigo. Gracias por considerarme tu amigo; deseo vivir por ti y para ti. Amén”.
Heriberto Ayala
Coordinador ENCUENTRO
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