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Un corazón agradecido

  • info593312
  • 16 oct
  • 2 Min. de lectura

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“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”1 Tesalonicenses 5:18 



El apóstol Pablo escribió la carta de 1 Tesalonicenses poco después de su apresurada salida de Tesalónica, causada por la persecución. No tuvo mucho tiempo para permanecer con los nuevos creyentes, por lo que deseaba animarlos y enseñarles a vivir una fe activa y agradecida, aun en medio de las dificultades y la oposición.


Reflexión: La gratitud no es solo una respuesta a los buenos momentos, sino una actitud que transforma la manera en que vivimos cada día. Agradecer a Dios en todo momento es una muestra de confianza en Su soberanía. Cuando damos gracias, incluso en medio de la dificultad, reconocemos que Dios sigue obrando y que nada se escapa de Su control. La gratitud no depende de tenerlo todo, sino de reconocer que todo lo que tenemos viene de Dios.


Ser agradecido cambia nuestra perspectiva. En lugar de enfocarnos en lo que falta, aprendemos a valorar lo que ya tenemos. La gratitud abre la puerta a la paz interior, fortalece nuestras relaciones y nos acerca más a Dios. Además, estudios han demostrado que las personas agradecidas tienen mejor salud emocional y física. Pero más allá de los beneficios humanos, la gratitud es una expresión de fe y adoración.  


Aplicación: Hoy, haz una pausa y mira a tu alrededor: hay motivos para agradecer. Aun en los días nublados, la gratitud ilumina el corazón. Toma un momento para decirle a Dios: “Gracias por lo que tengo, por lo que soy y por lo que estás haciendo, aunque aún no lo vea.”

La gratitud trae paz, fortalece la fe y nos recuerda que no caminamos solos.


Que tengan un bendecido día

Viola Ayala

 
 
 

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