Cuando te ves en el espejo, ¿cómo te ves?…. Muchas veces nos miramos a nosotros mismos con los ojos de prejuicio con que otros nos valoran. Hoy te animo a verte como Dios te ve.
Cuando leemos el documento Bíblico vemos que los protagonistas del Antiguo Testamento tenían diferentes conceptos de Dios. Para David, Dios aparece disponible como un Padre que se deleita en bendecir y darnos victorias contra gigantes. Para Job Dios aparece como un juez severo, examinando las acciones del ser humano.
La buena noticia es que, para nosotros, nos ha tocado vivir la visitación de la gracia y la misericordia de Dios y esa gracia que compró Cristo con su sangre en la cruz nos imparte reposo, gozo, paz y la bendición de ser sus hijos (Juan 1:12)
Hagamos a un pantallazo de lo que esta gracia significa para nosotros.
Cuando se mire hoy al espejo celebre lo que el Apóstol Pedro nos dice: Ustedes saben que no fueron redimidos (rescatados) de su vana manera de vivir heredada de sus padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha: la sangre de Cristo. (I Pedro 1: 18,19)
Así es, usted y yo, valemos el precio que Dios nos dio: la preciosa Sangre de su Hijo. Alégrese porque somos Redimidos por el Amor Divino. “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el crea no se pierda, más tenga vida eterna”. (Juan 3:16).
Si las luchas de la vida o el batallar diario le han robado la alegría, hoy puede agradecer por la verdad expuesta anteriormente y renovarse con la gracia divina. “…con amor eterno te he amado; por tanto te prolongué mi misericordia”. (Jeremías 31:3)
“Porque por gracia somos salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios” (Efesios 2:8). Pablo habla de la renovación de nuestra mente. “Sé transformados por la renovación de tu mente; luego serás capaz de probar y comprobar cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
¿Quién soy Yo?…… Hijo/a de Dios comprado y redimido por Jesús. Hoy me veré como Dios me mira.
Hoy decido recoger esta perla de esperanza: “El Señor ha estado atento a nosotros; Él nos bendecirá” (Salmo 115:12) “… Yo estoy contigo, no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
¡Dios me cuida no temeré!