Muchos de los jóvenes que caen en la delincuencia y en las pandillas callejeras, se esconden tras la excusa de que vienen de un hogar destruido (disfuncional) o que no tuvieron oportunidades por la pobreza. Por otro lado hay millones de jóvenes que crecimos en igual o peor condición y decidimos luchar y superarnos.
Con la excusa se decide matar la responsabilidad personal. NO cabe duda que estos jóvenes que se involucran en la delincuencia deben de tener una oportunidad de demostrar que son capaces de ajustarse y adaptarse a la sociedad. Ojala que la Iglesia local tenga la sensibilidad y creatividad para mostrarles a estos jóvenes que en el cuerpo de Cristo hay perdón y restauración.
Les animo a explorar este tema en el programa de televisión que hice con uno de estos jóvenes. Revísalo y me das tus comentarios. Aquí te dejo el enlace.
Ernesto Pinto
www.encuentro.ca
Isaias fue miembro en una pandilla en Guatemala.