Cuando tengo la oportunidad de viajar, debido a mi poco sentido de la orientación, utilizo el sistema satelital, que en mi país es conocido como gps. A pesar de ello, en muchas ocasiones por falta de atención o cansancio me pierdo y necesito de las indicaciones de alguien que conozca el camino o tenga un mapa a disposición.
En esos momentos debo confiar y aceptar sus indicaciones sin discusión, a pesar de lo que perciban mis sentidos.
Así nos ocurre con el Señor, a veces no sabemos exactamente por dónde vamos ni hacia dónde nos está dirigiendo pero lo que sí sabemos es que jamás seremos defraudados. Su Palabra nos dice en el Salmo 32: 8-10 “Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti. No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento; cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos, porque si no, no se acercan a ti. Muchos son los dolores del impío, pero al que confía en el SEÑOR, la misericordia lo rodeará.…”.
Por lo tanto la mejor decisión es confiarle nuestro destino y futuro al Rey de Reyes y Señor de Señores. ¿Acaso existe alguien mejor que pueda conducirnos por esta vida hacia un destino de gloria y de Victoria?
En este día acepta con confianza de su amor, de su cuidado y dirección. Él sabiamente sabrá guiarte a puerto seguro.
Un abrazo en Cristo Jesús
Mónica E. Rosas
Colaboradora de ENCUENTRO
Escuchen el testimonio de Monica:
Con Cristo si, se puede