3 clases de Amistad
La primera es la amistad falsa. El rey David experimentó esta clase de amistad, como se menciona en el Salmo 38:11: "Mis mejores amigos y hasta mis parientes se mantienen a distancia, lejos de mis llagas." En tiempos difíciles, esperamos que nuestros mejores amigos estén a nuestro lado, compartiendo nuestro dolor. Sin embargo, la amistad falsa nos deja con una experiencia muy distinta, marcada por la distancia y la falta de apoyo genuino.
La segunda es la amistad sincera. Un ejemplo claro lo encontramos en los tres amigos de Job. Job, un hombre temeroso de Dios, se encontraba en medio de una gran desgracia, y sus amigos hicieron un gran esfuerzo por estar a su lado. Según Job 2:11-13, "Cuando Elifaz, Bildad y Sofar se enteraron de toda la calamidad que le había sobrevenido a Job, decidieron ir a consolarlo y acompañarlo en su dolor. A cierta distancia lo vieron y, al no reconocerlo, comenzaron a llorar y a rasgarse las ropas. Echaron polvo al aire y sobre sus cabezas. Luego, se sentaron en el suelo con él y estuvieron allí durante siete días y siete noches, sin decir una sola palabra, pues veían que el dolor de Job era muy grande." En esta clase de amistad, el apoyo se manifiesta a través de la presencia constante y el consuelo silencioso, demostrando que a veces, estar cerca es suficiente para ofrecer apoyo.
La tercera clase es la amistad interesada. Este tipo de amistad busca exclusivamente el beneficio propio, sin ofrecer nada a cambio. En Proverbios 19:4 se dice: "Las riquezas traen muchos amigos, pero el pobre es apartado de su amigo." Muchos buscan la compañía de los ricos por lo que pueden obtener, pero se apartan de los pobres, quienes no ofrecen nada de interés personal. Proverbios 18:24 nos enseña que "El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano." La amistad verdadera debe basarse en la reciprocidad y el compromiso genuino, no en el interés personal.
¿Qué tipo de amistad estás cultivando en tu vida: ¿la falsa, la sincera o la interesada?
Jesús como Amigo
En Paraguay, el 30 de julio es un día muy especial en el que se intercambian regalos entre amigos. Es una fecha designada para valorar a quienes están cerca de nosotros, quienes conocen nuestra situación, nuestros gustos y nuestras vivencias. En la Biblia, especialmente en los Evangelios, encontramos a Jesús como el amigo fiel por excelencia. Personalmente, el Evangelio de Juan es el que más me gusta leer, ya que revela a un Jesús cercano, íntimo y personal.
En medio de nuestras búsquedas políticas, filosóficas, religiosas y personales, Jesús nos ofrece una invitación constante: «Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás» (Juan 6:35). En un mundo lleno de momentos oscuros y confusos, donde a veces no sabemos qué hacer ni hacia dónde ir, Jesús sigue estando presente para guiarnos: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12). Es por eso que es fundamental seguirle, porque Él es la única luz que ilumina nuestro camino.
En nuestras vidas, a menudo nos sentimos atrapados en situaciones difíciles, pensando que no hay salida. Pero Jesús nos ofrece una solución: «Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos» (Juan 10:9). Aunque nos sintamos espiritualmente, emocionalmente o incluso anímicamente muertos, Jesús nos asegura: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá» (Juan 11:25). Él nos ofrece una vida nueva y una esperanza renovada.
Encontrar un buen amigo en la vida puede ser difícil, pero Jesús se presenta como ese amigo incondicional. Cada mañana nos recuerda: «Vosotros sois mis amigos» (Juan 15:14). Jesús es un amigo en quien podemos confiar plenamente, que nunca nos traicionará ni fallará. Estará a nuestro lado en las buenas y en las malas, y cuando más lo necesitemos, nunca nos dará la espalda. En las horas más oscuras de nuestra vida, Él nos asegura: «Al que a mí viene, no le echo fuera» (Juan 6:37).
Entonces, ¿tienes a Jesús como tu mejor amigo? ¿Qué regalo le ofrecerías en este Día de la Amistad?
Heriberto Ayala
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